Buena parte de la sociedad, no sale de su
asombro por los hechos de corrupción que estamos conociendo a diario. El
gobierno Kirchnerista, no sólo ha realizado, en general y salvo la primera
etapa de Néstor Kirchner, una mala gestión, aislando a nuestro país del mundo,
debilitando las instituciones, concluyendo 12 años de gobierno con más pobres y
desocupados que cuando comenzó, perjudicando a importantes sectores de la
producción, economías regionales y la industria, perdiendo competitividad
y mercados, vaciando de reservas al Banco Central;
aumentando el déficit fiscal, perdiendo calidad educativa, sino que además,
todo indicaría que ha prostituido casi todo lo que tocó: Madres de Plaza de
Mayo; Abuelas; Futbol para Todos, AFA; obras públicas, construyendo una gran
red para el delito, integrada por funcionarios, barras bravas, dirigentes, “empresarios
amigos”, narcotraficantes hasta se encuentra bajo sospecha un Convento de la iglesia católica .
Esta es una de las razones por la que tantos argentinos se refugian en las
ejemplaridades de personalidades como los ex presidentes Raúl Ricardo Alfonsin
y Don Arturo Illia y se agigantan sus gestiones. A 50 años del derrocamiento de
Illia, el 28 de junio de 1966, hemos recordado su gobierno que en 36 meses,
entre otras medidas, logró disminuir bruscamente la deuda externa, comercializar con China;
aumentar el PBI y el PBI industrial, anular los contratos petroleros; el
salario real más alto. 40% de la riqueza producida distribuida entre los
trabajadores; se aprobó la ley del Salario Mínimo Vital y Móvil, inexistente
hasta entonces. 23 % del presupuesto para educación; época de oro de la ciencia
y la investigación; ley de medicamentos. Resolución 2065 de Naciones Unidas,
reconociendo la situación colonial de las Islas Malvinas e instando a las
partes a resolver el conflicto por vía diplomática. Respeto absoluto a la
libertad, la república y sus instituciones, honestidad administrativa y austeridad. Levantamiento de la proscripción
al peronismo. Buena gestión de gobierno, que lo coloca en las antípodas de los 12 años de gobierno
kirchnerista.
Vale entonces el siguiente interrogante ¿Qué sería hoy de este país y de todos nosotros si las
últimas elecciones las hubiere ganado el Frente para la Victoria ?
Hoy estamos integrándonos al mundo,
relaciones maduras con Europa, Estados Unidos, América Latina, aspiramos a
presidir las Naciones Unidas, concurriremos como observadores a la reunión en
Chile de la Alianza
del Pacífico, entrevistas con máximas autoridades de Europa; seremos sede en
2018 de la reunión del G-20, que integramos con los países productores de materias primas, energía, fundamentalmente.
Pagamos gran parte de nuestras deudas; empezamos a recibir inversiones que
aumentarán en los próximos años. Se liberó el cepo cambiario, se recompusieron reservas; se
cumplió con el sector productivo y las economías regionales, eliminando las
retenciones y baja gradual a la soja; de esta manera podemos esperar, clima
mediante, muy buenos resultados para el próximo año. Políticas sociales de
ayuda a los sectores más vulnerables; tarifas sociales; mejora a los jubilados
en cuanto a sus remuneraciones y al pago de las deudas. Transparencia, respeto
a los poderes del estado y sus organizaciones avanzamos hacia un país federal.
Plan de obras públicas de acuerdo a las prioridades fijadas por el Ejecutivo
nacional y los gobernadores de provincias, sin sometimientos, entre otras.
Falta mucho, errores se cometen, hoy se
reconocen algunos, a nuestro criterio, y se tratan de corregir y vale entonces el
interrogante: ¿ que prefieren los argentinos, un gobierno que comete errores de
política e instrumentación y obsecadamente se mantiene en ellos, ocasionando
perjuicios a los argentinos o un gobierno que asume errores y trata de
corregirlos?
Es duro el momento, sobre todo para los
sectores de ingresos fijos y jubilados, pero, todo indicaría que las
dificultades presentes, que son muchas, se irán superando, vienen tiempos
mejores y los padecimientos de hoy, serán un mal recuerdo de gobernantes
ineficientes que hemos tenido, más la
corrupción de muchos.
Debemos ser tolerantes y aproximarnos a los
Kirchneristas de buena fe que creyeron en el proyecto “nacional y popular”. A
los buenos peronistas, que los hay y muchos, debemos respetarlos.
Trabajemos
para reconstruir la trama social y provocar los cambios culturales,
institucionales, políticos, económicos y sociales que nos aproxime al
desarrollo de nuestro país.
Volvamos a nuestro interrogante inicial: ¿QUE SERÁ DE NUESTRA ARGENTINA?
LO QUE SEAMOS CAPACES DE CONSTRUIR CON NUESTRA CAPACIDAD, ORGANIZACIÓN Y
ESFUERZO.
JUAN JOSÉ CAVALLARI