19 de julio de 2010

EL CONFLICTO COMERCIAL CON CHINA

La última misión de la Presidente Cristina Fernandez de Kirchner a China no logró cumplir su principal objetivo, que era recuperar, para nuestro país, las ventas de aceite de soja. Supuestamente el Canciller Taiana y su equipo habían logrado el compromiso del gobierno Chino de restablecer.

Sin embargo no fue así y en este aspecto se fracasó.

Sí es cierto que algunas empresas privadas, tienen grandes posibilidades de acceder a préstamos importantes, entre otros para realizar obras ferroviarias y subterráneos; o suscribieron convenios para la instalación de una planta de productos farmacéuticos y otros contratos menores. Sin embargo estos éxitos tienen que ver más con la negociación de los empresarios privados que a la intervención del sector público.


La Presidente viajó porque estaba convencida que se destrabarían esas negociaciones, después de haberse negado a acompañar a la misiones comerciales argentinas –por problemas meramente domésticos- cuando fueron en 2009 a dicho país para un cúmulo de negociaciones bilaterales. También ello valió para que el Presidente de China se “olvidara” de visitar Argentina en su recorrida por los más importantes países de América del Sur.

China ya venía anunciando represalias ante las obstrucciones y el cierre de ventas de algunos de sus productos desde el año pasado. Es así que a partir del mes de abril del corriente año, el Gobierno chino determinó restringir las importaciones de aceite de soja argentino arguyendo razones de carácter sanitario.

No cabe duda que la represalia tomada por el gigante asiático, tiene que ver con los incumplimientos y las deficiencias con que entregábamos el producto, pero también por las restricciones que impuso Argentina a los productos chinos.

Luego de la determinación de China para frenar el aceite de soja, se produjo un importante reacomodamiento del flujo del producto en el mercado mundial.

Con el desplome de las ventas hacia China, las reasignaciones de las partidas de los exportadores provocaron que durante los meses de abril y mayo de este año India se posicionara como el principal destino de las exportaciones argentinas. A pesar de las trabas desde China, las exportaciones totales del aceite durante abril y mayo se han incrementado casi un 100% con respecto a 2009.

El año pasado, China ocupaba el primer lugar en las ventas argentinas del aceite de soja y su participación en el total de las exportaciones del producto llegaba al 46%. Por su parte, las ventas hacia China fueron tan sólo de U$S 11,8 millones en los últimos meses y su participación fue del 1%.

Hoy ese lugar pasó a estar ocupada por la India, con un 44% de participación en las exportaciones totales desde Argentina. Hacia ese país se ha vendido aceite de soja por más de US$ 600 millones entre mayo y abril de este año. Otros países como Bangladesh, Irán y Perú también pasaron a “rellenar” los vacíos dejados por el país de oriente.

El cambio en el flujo del comercio de aceite de soja fue un fenómeno que se registró a escala global. El negocio del aceite de soja suele estar concentrado en grandes multinacionales que se hospedan en los principales países productores. La principal razón del aumento de las exportaciones radicaría en que los otros países productores del aceite, como Estados Unidos y Brasil, volcaron casi la totalidad de sus ventas hacia China. A su vez, Argentina pasó a cubrir la demanda de los demás países a los que dejaron de abastecer EE.UU. y Brasil.

En el largo plazo Argentina no podría suplir con países alternativos todo lo que deja de exportarle a China., más allá de que la sustitución de destinos hasta ahora ha sido exitosa,

Por otro lado, China ha aumentado considerablemente la importación del poroto de soja para producir el aceite por su cuenta y autoabastecerse, por lo que en lo sucesivo no requeriría importar cantidades significativas de aceite de soja.



De esta forma, los escenarios de Argentina para los próximos años serían:

a) Reducir el porcentaje de fabricación de derivados sobre su cosecha de soja, exportando mayor cantidad en estado primario. , que sería una política errónea ya que resulta imprescindible agregar valor a nuestra producción primaria, para exportar y generar puestos genuinos de trabajo.

b) Depositar el excedente en negocios alternativos entre otros la producción de biodiesel. En los últimos tres años la capacidad de producción de biodiesel se ha cuadriplicado en la Argentina. Hoy el país ocupa el quinto lugar entre los mayores productores y su fabricación podría aumentar aún más. En ese sentido, el Gobierno argentino ha dispuesto en los últimos días que el corte de gasoil con biodiesel pase del 5% al 7% y que a fin de año llegue al 10%.

Este enfrentamiento comercial con China ha logrado que el valor agregado al poroto de soja lo incorpore China, ya que fabricarán directamente el aceite de soja. Son claras las consecuencias adversas para nuestra economía y pone en evidencia una vez más, la errática política exterior de Kirchnerismo que provoca aislamiento político y pérdida de posibilidades para nuestro país en el comercio mundial .

Fuente:abeceb.com

Julio de 2010

Alberto Fontán

Asesor Económico

Diputado Cavallari

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