Los que acompañamos los reclamos de los productores, lo hacemos concientes que defendemos la rentabilidad justa para quien invierte, trabaja, arriesga, reinvierte, genera trabajo, ayuda a desarrollar otros sectores como la agro-industria o el comercio, que aporta $ 4 de cada $10 que recauda el Estado, convirtiéndose, por mérito propio y condiciones internacionales favorables, en el sector más dinámicos de la economía y por ello en uno de los pilares del “Desarrollo”.-
Sabemos que los intereses y problemas de los productores no son los mismos. Que los ganaderos, los agricultores, las economías regionales, los tamberos; los pequeños, los medianos y los grandes productores no comparten exactamente las mismas demandas , pero esta confiscación impositiva insconstitucional, decidida entre “gallos y medianoche”, sin participación del Congreso de la Nación ni la opinión de los sectores involucrados, ha sido tan injusta que unificó a todos los productores y despertó la solidaridad de hombres y mujeres de todos los sectores políticos, sociales y económicos capaces de comprender que está en juego el presente y el futuro.
Esta presión fiscal sobre el sector agropecuario nos hace perder ventajas comparativas con otras economías. Hoy Brasil es una potencia agrícola- ganadera sin retenciones. Tampoco las aplican Chile o Uruguay.
A excepción de China, ningún país recurre a la herramienta de la retención, salvo por un corto período para paliar situaciones extraordinarias.
Esta decisión del gobierno ha provocado la suspensión de operaciones de inversión en maquinarias agrícolas, en compra de insumos, en proyectos para agregarle valor a la producción como usinas lácteas, aceiteras, frigoríficos, etc. Perjudicando a sectores que en función de sus ventas a su vez contrajeron compromisos. Cuando se cuantifique el perjuicio, se verá el resultado de este dislate.
El mundo intenta bajar la presión fiscal y nuestro gobierno la eleva a límites intolerables, convirtiendo a nuestro país, en uno de mayor presión fiscal de América Latina y el noveno entre 56 países del mundo.
Si fuera “exitoso” este modelo, la consecuencia inexorable será la concentración de la tierra en pocas manos y la desaparición de miles y miles de productores.
En ese escenario, el interior se debilitará y nuestras localidades correrán el riesgo de desaparecer. Debemos evitarlo.-
Sin distinción de banderías, políticas, debemos acompañar activamente esta lucha para lograr que los gobernantes entiendan que “ningún gobierno se debilita porque de marcha atrás con una medida que ha provocado semejante reacción” y se siente a dialogar con las entidades, con la oposición, con los institutos técnicos tratando de consensuar políticas agropecuarias que permitan hacer más competitivos al sector y aprovechar este momento excepcional.
Si así no fuera y la “soberbia” guía los actos del gobierno, a prepararse para extender el reclamo.-
Defendamos nuestro futuro y el de nuestros hijos, acompañemos a los productores en su lucha que es la nuestra.
Juan José Cavallari
Diputado de la Provincia de Buenos Aires U.C.R.
Sabemos que los intereses y problemas de los productores no son los mismos. Que los ganaderos, los agricultores, las economías regionales, los tamberos; los pequeños, los medianos y los grandes productores no comparten exactamente las mismas demandas , pero esta confiscación impositiva insconstitucional, decidida entre “gallos y medianoche”, sin participación del Congreso de la Nación ni la opinión de los sectores involucrados, ha sido tan injusta que unificó a todos los productores y despertó la solidaridad de hombres y mujeres de todos los sectores políticos, sociales y económicos capaces de comprender que está en juego el presente y el futuro.
Esta presión fiscal sobre el sector agropecuario nos hace perder ventajas comparativas con otras economías. Hoy Brasil es una potencia agrícola- ganadera sin retenciones. Tampoco las aplican Chile o Uruguay.
A excepción de China, ningún país recurre a la herramienta de la retención, salvo por un corto período para paliar situaciones extraordinarias.
Esta decisión del gobierno ha provocado la suspensión de operaciones de inversión en maquinarias agrícolas, en compra de insumos, en proyectos para agregarle valor a la producción como usinas lácteas, aceiteras, frigoríficos, etc. Perjudicando a sectores que en función de sus ventas a su vez contrajeron compromisos. Cuando se cuantifique el perjuicio, se verá el resultado de este dislate.
El mundo intenta bajar la presión fiscal y nuestro gobierno la eleva a límites intolerables, convirtiendo a nuestro país, en uno de mayor presión fiscal de América Latina y el noveno entre 56 países del mundo.
Si fuera “exitoso” este modelo, la consecuencia inexorable será la concentración de la tierra en pocas manos y la desaparición de miles y miles de productores.
En ese escenario, el interior se debilitará y nuestras localidades correrán el riesgo de desaparecer. Debemos evitarlo.-
Sin distinción de banderías, políticas, debemos acompañar activamente esta lucha para lograr que los gobernantes entiendan que “ningún gobierno se debilita porque de marcha atrás con una medida que ha provocado semejante reacción” y se siente a dialogar con las entidades, con la oposición, con los institutos técnicos tratando de consensuar políticas agropecuarias que permitan hacer más competitivos al sector y aprovechar este momento excepcional.
Si así no fuera y la “soberbia” guía los actos del gobierno, a prepararse para extender el reclamo.-
La lucha no es exclusiva de marginales o trabajadores, también los sectores de mayores ingresos, cuando se los maltrata, tienen derecho a hacer oír su voz.
Defendamos nuestro futuro y el de nuestros hijos, acompañemos a los productores en su lucha que es la nuestra.
Juan José Cavallari
Diputado de la Provincia de Buenos Aires U.C.R.
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