La crisis financiera producida en la primer economía del mundo tiene pendientes a las finanzas, a la economía real, a los gobiernos, empresas y a la gente.
La globalización ha convertido a los países en interdependientes crecientes en todos los órdenes y cualquier cambio o problema en una parte del mundo, para bien o para mal, se siente con mayor o menor intensidad en el resto, reconfigurando la realidad .
Orígenes
El comienzo de la crisis financiera tiene sus orígenes a mediados de 2003 cuando la Reserva Federal del Estados Unidos rebajó las tasas de interés al 1% anual. El objetivo de esta medida fue reactivar la economía tras el crac de las empresas de alta tecnología.
Los particulares se sintieron fuertemente atraídos a tomar créditos a tasa baja. Las respaldaban los valores de las propiedades, que por ese incremento de la demanda habían aumentado considerablemente su valor.
Así empezó la “burbuja” que levantó el valor de las propiedades. Todo en una aventura financiera que no midió consecuencias y se despreocupó por las víctimas que ocasionaría.
Se empieza a complicar
En Junio de 2007 empezaron a “conmoverse” dos fondos de inversión. Luego siguieron otros o casi todos. Ya no se podría parar. Y se extendieron fronteras afuera, preferentemente a Europa.
Las tasas de interés aumentaron, haciendo cada vez más difícil el pago de los créditos y como consecuencia se precipitaron las ejecuciones hipotecarias a deudores morosos. Cayeron los precios de las viviendas y se desvalorizó la garantía hipotecaria que poseían los bancos.
Las calificadoras de riesgo de bancos y entidades financieras –con marcada desaprensión-habían transpuesto el límite admitido por la sana administración para garantizar esos créditos con el valor de las propiedades.
Bancos y financieras intentaron sus propios salvatajes, con quiebras, ventas y fusiones de empresas de primera línea, provocando un crac sin precedentes.
Impacto en el mundo
Hoy nos encontramos con esta tremenda crisis en las finanzas mundiales, no ya sólo de los EEUU. Se están como cortando los “vasos comunicantes” para el desarrollo de la economía. La recesión ya empezó en sectores claves de la economía real. Una cantidad enorme de particulares perdieron sus propiedades o se encontraron con una desvalorización de las mismas que erosiona fuertemente muchos años de trabajo.
Un escenario muy difícil Todos quieren seguridades y despegarse del riesgo. El panorama no es sencillo en un mundo globalizado. Un sistema financiero que siempre tuvo como característica de su desarrollo la “confianza”, aparece aterrado y con una fuerte aversión al riesgo, más que nunca. Esto es válido para los particulares, las empresas y desde ya para los créditos internacionales.
Reacciones en lo inmediato.
Tanto la Reserva Federal de los Estados Unidos como el Banco Central Europeo han coordinado, durante las últimas semanas, acciones conjuntas para inyectar liquidez al sistema, fundamentalmente fortaleciendo los acuerdos de intercambios recíprocos.
Plan de salvataje de los EEUU
El Congreso de los EEUU aprobó un Plan de Salvataje US$ 700.000 millones solicitado por el Presidente con el objetivo de recomprar la deuda "tóxica", o sea de improbable o muy difícil cobrabilidad, a aquellas entidades financieras con problemas, a fin de sanear sus cuentas.
Ese monto será entregado en varios tramos, con un desembolso inicial de u$s.250.000 millones. Luego el Presidente tendría poder para autorizar otra partida de u$s.100.000 millones, y los restantes u$s.350.000 millones deberán ser aprobados por el Congreso. Para controlar y supervisar la instrumentación del plan se crearon cuatro agencias independientes, una de ellas en las oficinas del Tesoro, encargada de realizar auditorías y prevenir fraudes.
También se aumentó de 100.000 a 250.000 dólares el tope máximo para los depósitos bancarios con garantía federal. Y se restringieron las indemnizaciones millonarias por despido a los ejecutivos de Wall Street caídos en desgracia.
Se busca con ello generar confianza al sistema, para que los bancos vuelvan a prestar dinero y ayudar a restaurar el flujo del crédito a familias y empresas, esencial para el crecimiento económico y la creación de empleos. El plan ayudaría así a evitar que la crisis en el sistema financiero se siga expandiendo por toda la economía estadounidense y su correlato mundial.
Criticas al Plan de salvataje
Los demócratas, no obstante adherir al salvataje, cuestionaron que en definitiva sean los contribuyentes quienes deban pagar por los "pecados" de Wall Street. Por su parte los republicanos, fieles a su ideología liberal, objetaron que el Estado intervenga en la economía.
Temores de recesión
El problema no es solamente financiero. La actividad económica presenta para los analistas signos de desaceleración que encienden la luz amarilla. Los mercados del crédito se paralizaron, también los bancos europeos están con enormes dificultades. Se fusionan para salvarse, mientras, los temerosos consumidores son cada vez más reacios a gastar.
Después del Plan de Salvataje igual se espera marcada recesión, que ya ha comenzado en sectores claves de EEUU como el automotriz, y también por un importante aumento del desempleo y por las reacciones cautelosas y negativas de las bolsas de valores de todo el mundo.
Reclamo de la Unión Europea
La Comisión Europea reclamó a Estados Unidos que asuma su especial responsabilidad para resolver la crisis crediticia global. Asimismo mencionaron las medidas de rescate acordadas por gobiernos europeos para tres bancos en problemas mostrando estar en la tarea de proveer estabilidad financiera
Afectará al comercio internacional.
Ya lo advirtió la Organización Mundial de Comercio sobre el impacto negativo que tendrá en el comercio internacional al ser afectadas las economías estadounidense y europeas. En ese caso el dinamismo de los países emergentes podría compensarlo en parte y hasta motorizar el crecimiento, donde se han adoptado y se adopten políticas adecuadas.
Impacto en la Argentina
La pérdida de riqueza en Wall Street tendrá su correlato en una caída del crecimiento económico global y, en particular, en el fin del fuerte viento de cola que favoreció a la Argentina en los últimos cinco años, que se transformará en un viento de frente.
Se prevé que los países reduzcan su demanda de alimentos, por pronósticos de menor crecimiento, y produzcan así un baja en los precios de las principales exportaciones argentinas. El problema para Argentina llegará entonces por caída de la demanda y de los precios de las materias primas.
En segundo término, implicará una mayor contracción crediticia, tanto para el Estado como para las empresas. Este cambio del escenario internacional le va a pegar a la Argentina, condicionando un modelo necesitado, para reactivar sectores claves de la economía. La aversión al riesgo por parte de los inversores extranjeros impulsa el índice de riesgo país argentino, dificultando y encareciendo las posibilidades de la Argentina de endeudarse.
Por todo ello es absolutamente inválida la idea del “desacople” del país respecto del mundo, que el Gobierno apresuradamente ha querido instalar.
El balance comercial y del sector fiscal, van a ser afectados entre marzo y julio del año próximo. Va a ser la época más difícil pues habrá un menor volumen de exportación de granos, por la sequía, por la caída de los precios internacionales y por disminución de áreas sembradas como consecuencia del conflicto con la política oficial.
El impacto se sentirá "menos por el lado financiero" de la economía. Hasta ahora no hay dificultades con los préstamos, no hay hipotecas en riesgo y hay liquidez que da solvencia al sistema. Pero sí, va a generar una menor recaudación de derechos de exportación. Ante ello, la crisis financiera podría forzar una rebaja en las retenciones al agro porque el sector no va a poder sembrar lo que aún falta.
Los aumentos de tarifas que ya tenía previstos el Gobierno se van a acelerar con la crisis. Los pagos al Club de Paris que el gobierno adelantó, seguramente será revisado. Consecuentemente, los ingresos que las empresas recibían como subsidios, se van a trasladar como costos a los usuarios. Es indispensable que el Gobierno baje el gasto improductivo y mantenga los de estricta contención social.
Ante un mundo incierto la gente va a ser más precavida-va a ahorrar más y consumir o invertir menos.-
Octubre de 2008.
Cr. Alberto H. Fontán
Asesor Comisión de Asuntos Regionales del Interior
Presidida por el diputado Juan José Cavallari
Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires
La globalización ha convertido a los países en interdependientes crecientes en todos los órdenes y cualquier cambio o problema en una parte del mundo, para bien o para mal, se siente con mayor o menor intensidad en el resto, reconfigurando la realidad .
Orígenes
El comienzo de la crisis financiera tiene sus orígenes a mediados de 2003 cuando la Reserva Federal del Estados Unidos rebajó las tasas de interés al 1% anual. El objetivo de esta medida fue reactivar la economía tras el crac de las empresas de alta tecnología.
Los particulares se sintieron fuertemente atraídos a tomar créditos a tasa baja. Las respaldaban los valores de las propiedades, que por ese incremento de la demanda habían aumentado considerablemente su valor.
Así empezó la “burbuja” que levantó el valor de las propiedades. Todo en una aventura financiera que no midió consecuencias y se despreocupó por las víctimas que ocasionaría.
Se empieza a complicar
En Junio de 2007 empezaron a “conmoverse” dos fondos de inversión. Luego siguieron otros o casi todos. Ya no se podría parar. Y se extendieron fronteras afuera, preferentemente a Europa.
Las tasas de interés aumentaron, haciendo cada vez más difícil el pago de los créditos y como consecuencia se precipitaron las ejecuciones hipotecarias a deudores morosos. Cayeron los precios de las viviendas y se desvalorizó la garantía hipotecaria que poseían los bancos.
Las calificadoras de riesgo de bancos y entidades financieras –con marcada desaprensión-habían transpuesto el límite admitido por la sana administración para garantizar esos créditos con el valor de las propiedades.
Bancos y financieras intentaron sus propios salvatajes, con quiebras, ventas y fusiones de empresas de primera línea, provocando un crac sin precedentes.
Impacto en el mundo
Hoy nos encontramos con esta tremenda crisis en las finanzas mundiales, no ya sólo de los EEUU. Se están como cortando los “vasos comunicantes” para el desarrollo de la economía. La recesión ya empezó en sectores claves de la economía real. Una cantidad enorme de particulares perdieron sus propiedades o se encontraron con una desvalorización de las mismas que erosiona fuertemente muchos años de trabajo.
Un escenario muy difícil Todos quieren seguridades y despegarse del riesgo. El panorama no es sencillo en un mundo globalizado. Un sistema financiero que siempre tuvo como característica de su desarrollo la “confianza”, aparece aterrado y con una fuerte aversión al riesgo, más que nunca. Esto es válido para los particulares, las empresas y desde ya para los créditos internacionales.
Reacciones en lo inmediato.
Tanto la Reserva Federal de los Estados Unidos como el Banco Central Europeo han coordinado, durante las últimas semanas, acciones conjuntas para inyectar liquidez al sistema, fundamentalmente fortaleciendo los acuerdos de intercambios recíprocos.
Plan de salvataje de los EEUU
El Congreso de los EEUU aprobó un Plan de Salvataje US$ 700.000 millones solicitado por el Presidente con el objetivo de recomprar la deuda "tóxica", o sea de improbable o muy difícil cobrabilidad, a aquellas entidades financieras con problemas, a fin de sanear sus cuentas.
Ese monto será entregado en varios tramos, con un desembolso inicial de u$s.250.000 millones. Luego el Presidente tendría poder para autorizar otra partida de u$s.100.000 millones, y los restantes u$s.350.000 millones deberán ser aprobados por el Congreso. Para controlar y supervisar la instrumentación del plan se crearon cuatro agencias independientes, una de ellas en las oficinas del Tesoro, encargada de realizar auditorías y prevenir fraudes.
También se aumentó de 100.000 a 250.000 dólares el tope máximo para los depósitos bancarios con garantía federal. Y se restringieron las indemnizaciones millonarias por despido a los ejecutivos de Wall Street caídos en desgracia.
Se busca con ello generar confianza al sistema, para que los bancos vuelvan a prestar dinero y ayudar a restaurar el flujo del crédito a familias y empresas, esencial para el crecimiento económico y la creación de empleos. El plan ayudaría así a evitar que la crisis en el sistema financiero se siga expandiendo por toda la economía estadounidense y su correlato mundial.
Criticas al Plan de salvataje
Los demócratas, no obstante adherir al salvataje, cuestionaron que en definitiva sean los contribuyentes quienes deban pagar por los "pecados" de Wall Street. Por su parte los republicanos, fieles a su ideología liberal, objetaron que el Estado intervenga en la economía.
Temores de recesión
El problema no es solamente financiero. La actividad económica presenta para los analistas signos de desaceleración que encienden la luz amarilla. Los mercados del crédito se paralizaron, también los bancos europeos están con enormes dificultades. Se fusionan para salvarse, mientras, los temerosos consumidores son cada vez más reacios a gastar.
Después del Plan de Salvataje igual se espera marcada recesión, que ya ha comenzado en sectores claves de EEUU como el automotriz, y también por un importante aumento del desempleo y por las reacciones cautelosas y negativas de las bolsas de valores de todo el mundo.
Reclamo de la Unión Europea
La Comisión Europea reclamó a Estados Unidos que asuma su especial responsabilidad para resolver la crisis crediticia global. Asimismo mencionaron las medidas de rescate acordadas por gobiernos europeos para tres bancos en problemas mostrando estar en la tarea de proveer estabilidad financiera
Afectará al comercio internacional.
Ya lo advirtió la Organización Mundial de Comercio sobre el impacto negativo que tendrá en el comercio internacional al ser afectadas las economías estadounidense y europeas. En ese caso el dinamismo de los países emergentes podría compensarlo en parte y hasta motorizar el crecimiento, donde se han adoptado y se adopten políticas adecuadas.
Impacto en la Argentina
La pérdida de riqueza en Wall Street tendrá su correlato en una caída del crecimiento económico global y, en particular, en el fin del fuerte viento de cola que favoreció a la Argentina en los últimos cinco años, que se transformará en un viento de frente.
Se prevé que los países reduzcan su demanda de alimentos, por pronósticos de menor crecimiento, y produzcan así un baja en los precios de las principales exportaciones argentinas. El problema para Argentina llegará entonces por caída de la demanda y de los precios de las materias primas.
En segundo término, implicará una mayor contracción crediticia, tanto para el Estado como para las empresas. Este cambio del escenario internacional le va a pegar a la Argentina, condicionando un modelo necesitado, para reactivar sectores claves de la economía. La aversión al riesgo por parte de los inversores extranjeros impulsa el índice de riesgo país argentino, dificultando y encareciendo las posibilidades de la Argentina de endeudarse.
Por todo ello es absolutamente inválida la idea del “desacople” del país respecto del mundo, que el Gobierno apresuradamente ha querido instalar.
El balance comercial y del sector fiscal, van a ser afectados entre marzo y julio del año próximo. Va a ser la época más difícil pues habrá un menor volumen de exportación de granos, por la sequía, por la caída de los precios internacionales y por disminución de áreas sembradas como consecuencia del conflicto con la política oficial.
El impacto se sentirá "menos por el lado financiero" de la economía. Hasta ahora no hay dificultades con los préstamos, no hay hipotecas en riesgo y hay liquidez que da solvencia al sistema. Pero sí, va a generar una menor recaudación de derechos de exportación. Ante ello, la crisis financiera podría forzar una rebaja en las retenciones al agro porque el sector no va a poder sembrar lo que aún falta.
Los aumentos de tarifas que ya tenía previstos el Gobierno se van a acelerar con la crisis. Los pagos al Club de Paris que el gobierno adelantó, seguramente será revisado. Consecuentemente, los ingresos que las empresas recibían como subsidios, se van a trasladar como costos a los usuarios. Es indispensable que el Gobierno baje el gasto improductivo y mantenga los de estricta contención social.
Ante un mundo incierto la gente va a ser más precavida-va a ahorrar más y consumir o invertir menos.-
Octubre de 2008.
Cr. Alberto H. Fontán
Asesor Comisión de Asuntos Regionales del Interior
Presidida por el diputado Juan José Cavallari
Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires
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