Sr. PRESIDENTE (González).- Tiene la palabra el señor diputado Pérez.
Sr. PÉREZ.- Gracias, señor Presidente.
Voy a comenzar –porque he tomado nota-, primero por reconocer una suerte de catarsis como bien me apuntaba mi amigo Tomy Hogan de Pinamar, porque creo que es absolutamente necesaria para la totalidad del Cuerpo, pero a modo de aclaración.
Nuestro Presidente tuvo la voluntad de interior realizar la sesión el jueves de la semana pasada, teniendo además número suficiente con 37 o 38 diputados; pero con veintipico de diputados recorriendo nuestros pueblos, se tomó la decisión de esperar una semana más para que estos pudieran asistir a la sesión, ya que estaban recorriendo y viendo la cara de nuestro pueblo.
Precisamente, no solo para elaborar una opinión conjunta sino además como buen peronista, cuando el ventarrón pasara, cuando amainara –como dicen nuestros paisanos- y tuviéramos mayor claridad como se dio en estas últimas 48 horas prácticamente continuas de reflexión conjunta de 59 diputados con una bancada diversa, riquísima, solidaria y realmente con una garra tremenda a la hora de defender una posición política como la que expuso el diputado Duretti, en primer lugar, habiendo hecho un resumen profundo. Su exposición –luego de haber visto el trabajo que hizo en los últimos quince días con otros compañeros que lo ayudaron- podría llevar tres a tres horas y media; sin embargo, haciendo gala de una importante capacidad de resumen, logró sintetizar lo que ha sido una de las mejores exposiciones que he escuchando en mis seis años de diputado.
En esta suerte de catarsis, empecé tomando nota con la intervención del diputado Martello, pero a poco que lo escuché sentí que no valía la pena responderle; y me quiero remitir, en esta suerte de respuesta, haciendo un reconocimiento al resto de la oposición en su intervención, y voy a simbolizarlo en el diputado Cavallari, por el talante, por el tono respetuoso con que se dirigió al oficialismo. Aunque no coincida con su visión, sí coincido con su sana preocupación, como buen argento, militante y dirigente.
Sin embargo, su visión me parece que es una parte de la realidad como buen hombre de un partido político y, sin embargo, le agradezco. Vaya en este agradecimiento a usted, como opositor, por ser un verdadero ejemplo en eso que se reclama tan violentamente, sobre todo, en el discurso de Martello, que haya un nivel de diálogo, con violencia en el discurso se reclama que no haya crispación y se es más violento aún cuando se reclama.
Vaya mi agradecimiento a todos los que en esta Cámara levantan el nivel político, a los que desean asegurar un debate, y yo no me cansé de repetir en estos días, habiendo escuchado a un periodista del que ya no recuerdo el nombre, que para venir a conversar y a debatir, hay que traer las orejas. Escuché atentamente a cada uno de los que ha intervenido.
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